
El mismo día, y como una casualidad que no deja de ser triste, llama solicitando doula una mujer que hace una semana dio a luz a su primera hija, por cesárea: no consigue que se agarre al pecho. No pudo ni tocarla cuando nació, menos olerla o abrazarla, se "olvidaron" de subir a la madre a la habitación durante más de dos horas, a pesar de que ella lo estuvo pidiendo... le dieron biberones al bebé “para que la madre descansara”... y luego tuvo una avalancha de visitas que desconcertados ni supieron detener... resultado: la mamá ni recuerda qué pasó en esos primeros tres días.
Una vez más... qué pena el ver a un bebé perdido entre las sabanitas, demasiado abrigado y sin tener la piel de mamá cerca y disponible...
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